Miramos a la bici como una herramienta que potencia la autonomía, el autocuidado, la conciencia ambiental y la construcción de ciudades más humanas. 

 

Por ello, cada luna llena, juntas, retomamos las calles con la intención de impulsar a más mujeres a hacer uso de la bicicleta como medio de transporte, lo cual consideramos primordial como parte de la recuperación del espacio público que nos ha sido arrebatado por el autocentrismo, acoso callejero y misoginia; con ello enunciamos que las calles también nos pertenecen y visibilizamos la necesidad del libre tránsito como derecho fundamental para todas las mujeres, lo cual también se relaciona con promover métodos sustentables y asequibles de traslado, indispensables como parte del cuidado ambiental y la construcción de tejido comunitario. 

 

Además de pedalear juntas, compartimos experiencias y saberes a través de talleres, conversatorios, proyecciones, exposiciones, rituales, entre otras dinámicas de encuentro.

Rodada contra las violencias machistas